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Las parábolas de Jesús en Mateo 13:1-43

Actualizado: 14/09/2021. Se corrigieron faltas ortográficas, puntuación, y se agregó texto.

Las parábolas de Jesús en el libro de Mateo son bastante interesantes y hoy vamos a analizar cuatro de ellas.
Primero consideremos el trasfondo de las parábolas. En el capítulo 12 de Mateo tenemos algunas cosas interesantes; primero, una prueba de que Jesús era el Mesías y debería ser aceptado por la nación de Israel. Jesús era el rey ungido, sin embargo, su reinado fue postergado; en algún momento posterior será establecido su reino físico sobre la Tierra. Una condición para entrar al reino se encuentra en Mateo 5:20:
Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. 
Cuando se refiere a la justicia de los fariseos se refiere a una justicia propia de parte de los fariseos, como en Isaías 64:6
Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. 
También en Romanos 10:3 leemos:
Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; 
Otra condición para entrar al reino sería lo que dice Juan 3:3:
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 
Y otra Mateo 18:3:
y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. 
La persona que rechaza al rey, no es apta para su reino. Debido a que no podemos tener una justicia propia, necesitamos ser hechos justos por Dios como está escrito en 1 Corintios 1:30 y 2 Corintios 5:1. Cuando Israel rechazó a Jesús, el reino fue pospuesto por Dios. Las condiciones para entrar al reino serían: en Mateo 5:20, justicia, en Juan 3:3, regeneración y en Mateo 18:3, la renuncia a uno mismo, y los líderes habían rechazado estos 3 aspectos impuestos por el Señor y el reino fue postergado, ya que se requieren estas tres cosas para que se pueda entrar al reino.
Ahora, en Lucas 17:20-21 encontramos que Jesús les dice a los fariseos:
el reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros. 
Es decir, el reino estaba entre ellos porque el rey ya se estaba presentando ante ellos. Luego dijo a sus discípulos en el versículo 25:
Pero primero es necesario que padezca mucho y sea desechado por esta generación. 
Jesús fue rechazado por los fariseos y los judíos, quienes lo rechazaron por voluntad propia. Sin embargo este rechazo no tomó a Dios por sorpresa, esto ya estaba planeado; que Jesús padecería mucho. Aquí en Lucas 24:25-26, Jesús les recuerda a sus discípulos que esto estaba profetizado, el sufrimiento de Cristo era necesario. Cristo había venido al mundo para morir por nuestros pecados (Mateo 20:28). El propósito de la encarnación de Cristo era destruir al diablo (Hebreos 2:9 y 2:14).

Propósito de las parábolas:
Ahora, examinemos Mateo 13 a partir del versículo 10:
Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. 
Esto ocurre después de la primera parábola, la parábola del sembrador (versículos 3 al 9), sin embargo la parábola es interpretada recién en el versículo 18. Los discípulos no sabían el motivo por el cual Jesús comenzó a hablar en parábolas a la gente, y aquí él les explica el motivo. Los discípulos podían conocer los misterios del reino por la gracia del Señor. Si tú comprendes las enseñanzas bíblicas, recuerda que es por gracia que las entiendes. Luego, en el versículo 12:
Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
¿Qué significa esto? que cuando no utilizamos algo, lo perdemos. En la parábola de la semilla Jesús estaba hablando acerca de las personas que recibían la palabra de Dios, y al final dice:
El que tiene oídos para oír, oiga. 
Y en Lucas 8:18 tenemos:
Mirad, pues, cómo oís;
Los discípulos habían oído la palabra de Cristo y la aceptaron, por eso Cristo les daría más de su palabra, pero la otra gente lo había oído y lo había rechazado por lo que se les quitaría esa palabra; ellos no poseerían lo que los discípulos poseerían. En Mateo 4:18-22 vemos que los primeros discípulos de Jesús lo siguieron inmediatamente, porque escucharon a Jesús y al obedecerlo, se les daría a conocer los secretos del reino, pero a los que lo rechazaron no.
Luego, en el versículo 13 se hace obvia la intención de las parábolas:
Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. 
En el versículo 14 Jesús cita a Isaías, diciendo:
De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane.
Dios no endureció los corazones de estas personas, ellos lo habían hecho voluntariamente. El que tenga oídos para oír oiga. Versículo 16:
Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. 
Dios revela la verdad a quienes la obedezcan.
Ahora, el hecho de que las parábolas fueran para la multitud, no significa que nadie de la multitud llegaría a conocer esos secretos del reino. Si esa persona se arrepentía y buscaba al Señor y su verdad, entonces esos secretos también le serían revelados.

Luego, versículo 18:
Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: 
Cuando Jesús se refiere a vosotros se refiere a la multitud. Aquí Jesús les estaba dando la oportunidad de conocer la interpretación de la parábola, todavía había esperanza. Las parábolas de Mateo 13 tienen una naturaleza de juicio a esta nación que cerró sus oídos, y es peligroso endurecer el corazón a la verdad de Dios. Los eventos que Jesús describe en las parábolas son eventos que ocurren en este tiempo, por lo que se necesita interpretar correctamente las parábolas. Tenemos siete parábolas en este capítulo 13. El propósito de las parábolas es que Jesús revele una verdad que Dios había considerado apropiada mantenerla en secreto, hasta que Jesús fuera rechazado como Mesías; en Mateo 13:35 leemos:
para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.
En estas parábolas, Jesús reveló cosas escondidas desde la fundación del mundo. La semilla de la palabra de Dios debía ser sembrada en todo el mundo como indica Mateo 13:38. El reino de Cristo fue pospuesto y por lo tanto, las parábolas también representan el intervalo de tiempo entre las dos venidas de Cristo, y esto ya había sido planeado desde la fundación del mundo; en este intervalo de tiempo se está sembrando la palabra de Dios por el mundo.

La parábola del sembrador:

La semilla es la palabra de Dios, la palabra del reino (Mateo 13:19 y Lucas 8:11). El sembrador es el que siembra la palabra (Marcos 4:14). La parábola del sembrador aparece en Mateo 13, Marcos 4 y Lucas 8. Las parábolas de Mateo 13 son una descripción del reino de los cielos en la actualidad. Pero no confundamos al reino de los cielos con la iglesia misma, Mateo 13 describe otra cosa. El reino terrenal durará mil años al final de la tribulación. Las parábolas relatan los secretos del reino de los cielos y representan al cristianismo profesante.
En esta parábola Dios es representado como un sembrador, como en Jeremías 31:27, y los hijos de Dios son llamados sembradores (Salmos 126:5-6). Jesucristo es el sembrador. Ahora leamos Mateo 13:3-9 dice:
Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y las comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír oiga.
Hasta aquí la parábola.

Hebreos 4:12 dice:
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. 
Y 1 Pedro 1:23 dice:
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. 
La semilla de la palabra de Dios tiene que ser sembrada en todo el mundo.
Respecto a las tierras en donde son sembradas esas semillas, son cuatro tierras y representan a los tipos de oidores de la palabra, representan el corazón humano.
Primero, tenemos al oidor "junto al camino", que vinieron las aves y la comieron. La semilla cayó en un lugar endurecido, donde no pudo penetrar en la tierra y vinieron las aves y comieron las semillas; tenemos la explicación de esta parte en Mateo 13:19. El maligno es representado por esas aves que se llevan la semilla; el camino es un corazón endurecido, alguien que no entiende la palabra debido a la dureza de su corazón. Básicamente es que alguien oye la palabra, pero debido a la dureza de su corazón no la entiende y viene el maligno y la arrebata. En los líderes judíos se estaba cumpliendo esta parte de la parábola, y esto sigue ocurriendo hoy en día porque las parábolas son para este tiempo.
Luego, tenemos la tierra con pedregales. En los versículos 20 y 21 se da la explicación de esta parábola. Los pedregales son una capa de piedras; en ese terreno la semilla germinaría rápido (Marcos 4:5). La persona recibiría la palabra y la atendería de inmediato, pero poco tiempo después la rechazaría. Es debido a que la raíz no tiene profundidad. Al tener un corazón de pedregales, muestran una atención a la Palabra, pero después se secan debido a que la Palabra no logró penetrar mucho en su corazón. Este tipo de personas se ven en Apocalipsis 3:1 y en Juan 6:60-66. Las iglesias de hoy tienen muchos corazones así, personas religiosas sin profundidad espiritual, que no han experimentado una verdadera conversión.
Luego tenemos los espinos. La explicación de esta parábola está en el versículo 22, donde tenemos que las espinas son el afán de este siglo y el engaño de las riquezas; Marcos 4:19 agrega la codicia de otras cosas, y Lucas 8:14 los placeres de la vida. En esta parábola el obstáculo para la Palabra ya no es el corazón, sino causas externas: el mundo, el enemigo de Dios (Santiago 4:4). Las espinas arruinan las semillas para que no crezcan. Este oidor tiene un corazón dividido entre servir a Dios o al dinero, al mundo, y Jesús nos dice que no podemos servir a Dios y al dinero (Mateo 6:24). Este oidor es una persona más preocupada por las cosas del mundo que por las cosas de Dios, dejándolo de lado.
Por último, tenemos la buena tierra, la que dio fruto. La explicación está en el versículo 23, el que oye la Palabra y la entiende, y produce fruto. Aquí se nos anima diciendo que sí habrá personas que oirán la Palabra y la recibirán y serán salvos. Estas personas oirán la Palabra, y la entenderán y obedecerán (Mateo 13:23, Marcos 8:20 y Lucas 8:15). Debemos ser fieles a Dios y servirle solo a Él. Deberíamos de estar predicando la Palabra de Dios para que se siga sembrando la semilla. Salmos 126:6 dice:
Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla;  
Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.
No nos desanimemos por los tres primeros oidores, es de esperarse que no reciban la Palabra. Nosotros podemos sembrar la Palabra, pero Dios es el que la hace crecer (1 Corintios 3:6) la mayoría no recibirá la Palabra de Dios, aún así sí habrá gente que la recibirá y la creerá.
Gálatas 6:9 dice:
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.

La parábola del trigo y la cizaña:
Esta parábola está registrada en los versículos 24-29, dice:
Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.
Hasta aquí la parábola del trigo y la cizaña.
La interpretación de esta parábola se encuentra en los versículos 36-43 donde se nos hace ver que: Jesús es el que siembra la buena semilla, el campo es el mundo, la buena semilla son los hijos del reino, la cizaña son los hijos del malo, el enemigo que sembró la cizaña es el diablo, la siega es el fin de la presente dispensación, y los segadores serán los ángeles (versículos 37-39). La cizaña será quemada en el horno de fuego, donde será el lloro y el crujir de dientes (versículo 42). Mientras que los hijos del reino, el trigo, la buena semilla, resplandecerán como el sol en el reino del Padre (versículo 43).
Aquí se nos enseña con más claridad lo que pasa en el presente siglo, la presente dispensación. Tenemos la historia de dos semillas: el trigo y la cizaña. En la primera parábola la semilla era la Palabra de Dios, pero en esta segunda es la gente, vemos que el campo donde se siembran estas semillas es el mundo, luego vemos que hay dos sembradores: Dios, quien siembra trigo, y el diablo, que siembra cizaña.
En Génesis 3:15 leemos:
Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. 
Las simientes son gentes. La simiente de la serpiente no se refiere a generaciones de serpientes literalmente, sino a personas cuyo padre es el diablo (Juan 8:44), es decir, son siervas del diablo. En cuanto a la simiente de la mujer, vemos en Gálatas 3:16 que es principalmente Cristo y que incluye a todos los que son de Cristo. María, la madre de Jesús, fue el medio que Dios utilizó para traer a su Hijo Cristo al mundo. En Isaías 53:10 leemos:
Con todo esto, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
Con linaje se refiere a la simiente de Cristo, a las personas que le creen y siguen. Y habría una guerra entre ambas simientes, entre ambas semillas.
Ahora, sabemos que la buena semilla es de Cristo y la cizaña es de Satanás.
Aclaremos algo: la Biblia no indica que nosotros, la buena semilla, seremos siempre una minoría. Lucas 12:32 dice:
No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.
Jesús les está diciendo manada pequeña, y les enseña que no se preocupen por lo material, sino que busquen el reino de Dios. El hecho de que somos una minoría se ajusta a la enseñanza de la parábola del sembrador, el hecho de que nosotros somos 1/4 de las personas, los que recibimos la Palabra.
Como sabemos, Satanás es un imitador y se encarga de sembrar cizaña, la cual se parece mucho al trigo. En 2 Corintios 2:11 Pablo indica que no hay que ignorar las maquinaciones del diablo.
La cizaña representa una imitación de la buena semilla, y se refiere al sistema religioso hipócrita, ya que estos son imitadores de los hijos del reino pero no pertenecen al reino, estos son la cizaña. Los hipócritas son personas que representan a alguien distinto a quién en realidad son; Son cristianos falsos, que incluso predican un falso evangelio, se hacen pasar por ministros de Cristo pero en realidad son del diablo (Mateo 7:21-23, Juan 8:44). En 2 Corintios 11:13-15 Pablo nos dice:
Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.
En Mateo 7:15 también leemos:
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 
Por ejemplo, Judas Iscariote era una cizaña entre los apóstoles de Jesús. También tenemos más advertencias contra estos falsos maestros en Hechos 20:28-31, 2 Pedro 2:11 y Judas 3-4.
Ahora recordemos algo: el campo donde se siembran estas semillas es el mundo, no la Iglesia. Por lo tanto, no podemos permitir que la cizaña se siembre dentro de la Iglesia. El final del siglo será cuando Cristo regrese por nosotros, ese será el tiempo de la siega. Además como Iglesia no podemos pretender cambiar el mundo, ya que Cristo a su debido tiempo vendrá; nosotros solamente debemos encargarnos de predicar el evangelio, pero eso no cambiará el mundo, pues lo que debemos hacer es ganar el mundo para Cristo, porque el mundo le pertenece a Dios (Salmos 24:1), y para ganar el mundo para Cristo, debemos ponernos la armadura de Dios (Efesios 6:11-18) para poder hacer frente a las acechanzas del maligno y su cizaña.
Una última cosa. El versículo 25 dice que el enemigo sembró la cizaña en la noche mientras dormían los hombres. Esto es una realidad espiritual pues el enemigo es de la oscuridad y aprovecha cada vez que bajamos la guardia para sembrar cizaña. Recordemos que somos hijos de luz (1 Tesalonicenses 5:5-6) así que debemos seguir peleando la batalla.

La parábola de la semilla de mostaza:

Esta parábola se encuentra en los versículos 31 y 32, dice:
Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas. 
Hasta aquí la parábola.

Esta parábola no fue explicada por el Señor Jesús, por lo tanto tenemos un problema. Hay varias interpretaciones de esta parábola; por ejemplo, algunos indican que se trata del crecimiento y expansión del cristianismo, el crecimiento de la Iglesia. Sin embargo, existe otra interpretación. Debido a la armonía que hay entre las parábolas, hay que interpretar esta con la misma base.
Primero que nada, la mostaza es una hierba, no se convierte en un árbol. En Génesis 1:12 vemos que las hierbas y los árboles llevan fruto según su especie, la hierba y el árbol solo pueden desarrollarse según su especie. El hecho de que una hierba de mostaza se convierta en un árbol no es natural, es anormal.
En esta parábola vemos tanto a creyentes verdaderos como falsos en una gran cosa anormal. El crecimiento de la semilla de mostaza convirtiéndose en árbol es falso. En Daniel 4:10-17 leemos:
Estas fueron las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama: Me parecía ver en medio de la tierra un árbol, cuya altura es grande. Crecía este árbol, y se hacía fuerte, y su copa llegaba hasta el cielo, y se le alcanzaba a ver desde todos los confines de la tierra. Su follaje era hermoso y su fruto abundante, y había en él alimento para todos. Debajo de él se ponían a la sombra las bestias del campo, y en sus ramas hacían moradas las aves del cielo, y se mantenía de él toda carne. Vi en las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama, que he aquí un vigilante y santo descendía del cielo. Y clamaba fuertemente y decía así: Derribad el árbol, y cortad sus ramas, quitadle el follaje, y dispersad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas. Mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce entre la hierba del campo; sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias sea su parte entre la hierba de la tierra. Su corazón de hombre sea cambiado, y le sea dado corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos. La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quién él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres. 
En Daniel 4:20-22 Daniel interpreta el sueño a Nabucodonosor:
El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, y cuya copa llegaba hasta el cielo, y que se veía desde todos los confines de la tierra, cuyo follaje era hermoso, y su fruto abundante, y en que había alimento para todos, debajo del cual moraban las bestias del campo, y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo, tú mismo eres, oh rey, que creciste y te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza y ha llegado hasta el cielo, y tu dominio hasta los confines de la tierra.
Tanto en el sueño como en la interpretación, vemos ecumenismo, al decir: "tu dominio sobre los confines de la tierra" nos da a entender que la iglesia ecuménica gobernará la tierra. El árbol es la figura de un reino donde habitan pájaros, y estos pájaros en Mateo 13:19 son Satanás y sus siervos. En Apocalipsis 18:1-2 leemos:
Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible.
El árbol en esta parábola no representa algo bueno, representa lo mismo que en la parábola del trigo y la cizaña, imitadores de parte de Satanás; y este árbol representa ecumenismo, pero ecumenismo entre todas las religiones, y esta religión se irá esparciendo mundialmente.
Como dijimos antes, las parábolas tienen armonía entre ellas y no podemos hacer que signifiquen algo distinto de las otras, debemos interpretarlas con discernimiento. Por lo tanto esta parábola posiblemente no esté enseñando sobre el crecimiento del cristianismo, pues una semilla de mostaza que se convierte en un árbol es anormal, algo que no ocurre. Para poder reconocer lo falso, para poder reconocer la cizaña, debemos conocer la Palabra de Dios y dejarnos instruir por el Espíritu Santo.
Entonces, al interpretar esta parábola de esta manera, encaja con las dos parábolas anteriores. La parábola de las semillas nos dice que el 75% de las personas que oyen la Palabra no se convertirán. La parábola de la cizaña nos dice que hay una imitación que crece hasta el fin del siglo. Y en esta parábola tenemos una cosa anormal y monstruosa con aves de todo tipo habitando en ella, ecuménica y falsa.
Cuéntame tu opinión acerca de esta interpretación.

La otra interpretación, la más popular, es aquella que se refiere al crecimiento de la Iglesia, del cristianismo verdadero. Esto basándose en pasajes como Ezequiel 17:22-23 donde leemos:
Así ha dicho Jehová el Señor: Tomaré yo del cogollo de aquel alto cedro, y lo plantaré; del principal de sus renuevos cortaré un tallo, y lo plantaré sobre el monte alto y sublime. En el monte alto de Israel lo plantaré, y alzará ramas, y dará fruto, y se hará magnífico cedro; y habitarán debajo de él todas las aves de toda especie; a la sombra de sus ramas habitarán.
Básicamente el reino de los cielos es pequeño, pero crecerá de manera sobrenatural, tanto que pasará a convertirse en algo no natural, una semilla de mostaza, tan pequeña, convirtiéndose en algo tan grande y anormal como un árbol.

Ambas interpretaciones son plausibles. El árbol tranquilamente podría ser una farsa religiosa ecuménica, así como podría ser el reino de los cielos creciendo de manera sobrenatural. En lo personal, no me parece que una semilla de mostaza convirtiéndose en un árbol sea una buena analogía para describir el crecimiento del reino de los cielos, y por eso me inclino por la interpretación que dice que tal árbol es una farsa religiosa. Pidamos a Dios discernimiento.

La parábola de la levadura:

Esta parábola se encuentra en el versículo 33:
Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó leudado.
Existen tres interpretaciones de esta parábola.
Una de ellas es que la levadura es un símbolo de que el evangelio será difundido por todo el mundo. La otra interpretación indica que se trata de algo malo. Y una tercera que indica que la levadura representa al Espíritu Santo transformándonos. Una de las tres interpretaciones debe ser la correcta.
La primera interpretación no concuerda con las otras parábolas, debido a que en la primera parábola, recordemos, solo una cuarta parte del mundo se convertirá; en la segunda parábola tenemos imitadores de parte del diablo; y en la tercera parábola (si la interpretación que dimos es correcta) tenemos emisarios del diablo dentro del cristianismo profesante, el cristianismo religioso y falso. Por lo tanto la levadura no leudaría toda la harina si se tratara del evangelio.
En la segunda interpretación, la levadura en realidad corrompería el evangelio, así que se trataría del crecimiento de la religión cristiana falsa. La sociedad se deteriora cada vez más, así que es muy difícil que la levadura se trate del evangelio penetrando en todo el mundo. En Mateo 24, Jesús les dice a sus discípulos que antes de su venida, la maldad de los hombres se haría más grande y prevalecería todo tipo de corrupción e iniquidad. Si la levadura fuese el evangelio penetrando en todo el mundo, entonces ha sido un fracaso. Jesús nunca enseñó que el evangelio convertiría a todo el mundo.
En el Antiguo Testamento tenemos referencias a la levadura. En Génesis 19:3 vemos que cuando Lot recibe la visita de dos ángeles de Dios, este les hizo panes sin levadura, entonces vemos que la levadura fue omitida, sin embargo no se nos dice el motivo por el que Lot omitió la levadura, pero ya sienta la base para la interpretación de lo que sería la levadura. La siguiente referencia se encuentra en Éxodo 12:8, donde vemos que los israelitas después de poner la sangre del cordero en los dinteles de las puertas, comerían la carne del cordero con panes sin levadura; de nuevo, no se nos dice el por qué de esto; así también en el versículo 15 leemos:
Siete días comeréis panes sin levadura; y así el primer día haréis que no haya levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será cortado de Israel.
Y en los versículos 17 al 19 leemos:
Y guardaréis la fiesta de los panes sin levadura, porque en este mismo día saqué vuestras huestes de la tierra de Egipto; por tanto, guardaréis este mandamiento en vuestras generaciones por costumbre perpetua. En el mes primero comeréis los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde hasta el veintiuno del mes por la tarde. Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como natural del país, será cortado de la congregación de Israel.
Bueno, ahora que hemos visto sobre la levadura en el Antiguo Testamento, vamos a Apocalipsis 11:7-8 donde leemos:
Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. Y sus cadáveres estarán en la plaza de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado.
Interesante que se mencionen a Sodoma y Egipto, que son las dos ubicaciones geográficas donde ocurren los hechos de los pasajes bíblicos que mencionamos sobre la levadura. La levadura también fue omitida de los rituales de sacrificio como dice Éxodo 34:25:
No ofrecerás cosa leudada junto con la sangre de mi sacrificio, ni se dejará hasta la mañana nada del sacrificio de la fiesta de la pascua.
No se podía comer cosas con levadura (Levítico 2:11 y 6:14-17), esto sería debido a que estas ofrendas eran una figura del futuro sacrificio de Cristo como dice 1 Corintios 5:7:
Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.
La levadura lo que hace es fermentar, y ese fermento sería corrupción.
Ahora en Levítico 23:15-17 tenemos algo interesante. Leemos:
Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán. Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová. De vuestras habitaciones traeréis dos panes para ofrenda mecida, que serán dos décimas de efa de flor de harina, cocidos con levadura, como primicias para Jehová.
Aquí sí se incluye la levadura en los panes. Si hacemos una analogía con el nuevo nacimiento, posiblemente sea una representación de que a pesar de haber nacido de nuevo, nosotros, habiendo sido lavados con la sangre de Cristo, aún tenemos la naturaleza pecaminosa, y la levadura representaría esa naturaleza; la levadura se introduce en la Iglesia. Cuando el pan representa a Cristo, no tiene levadura, es sin corrupción, pues Cristo es el pan vivo que bajó del cielo (Juan 6:51), pero cuando hablamos de creyentes, sí hay levadura. A esta referencia a la levadura en este pasaje de Levítico se le puede hacer una analogía con el día de Pentecostés, cuando varios creyentes fueron introducidos en el cuerpo de Cristo, sin embargo, nosotros tenemos levadura, nuestra naturaleza pecaminosa continúa en nosotros.
Vamos al Nuevo Testamento. Aquí ya se comprueba que la levadura representa corrupción. Mateo 16:6 dice:
Y Jesús les dijo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos.
En Lucas 12:1 también leemos:
En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
Los fariseos eran unos hipócritas, porque su corazón era malo. Las personas religiosas suelen ser hipócritas.
En Mateo 15:1-20 y en Mateo 23 tenemos ilustraciones de la hipocresía de los fariseos. En conclusión, la levadura de los fariseos es la hipocresía, pues en ningún lugar de la Biblia, (que alguien me avise si estoy equivocado) la levadura representa algo bueno.

La tercera interpretación indica que la levadura es Dios actuando en nosotros y transformándonos por completo. Recordemos que Dios nos justifica y santifica (Romanos 3:24-26, Juan 17:17). En la Biblia también encontramos testimonios de milagros (Lucas 8:2, 35), así que esta interpretación podría ser correcta, sin embargo recordemos que las parábolas poseen armonía y deben ser interpretadas con discernimiento.
2 Corintios 5:17 dice:

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Estas dos interpretaciones de la parábola de la levadura son las más plausibles.

Hasta aquí el estudio de estas parábolas.




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Actualizado: 26/11/2021. Se corrigió puntuación y se modificó parte del texto con el fin de aclarar ciertas partes. Nota: los versículos y pasajes bíblicos presentados aquí son tomados de la Biblia Textual 3era Edción y la Reina Valera 1960. Mientras leía la Biblia me encontré algo muy interesante en el capitulo 22 de 1 Reyes. Los versículos 20-23 relatan como Jehová/Yavé/YHWH, envía un espíritu de mentira al rey Acab para que sea derrotado en Ramot de Galaad. Este pasaje me pareció interesante. Al consultar un poco y leer algunos pasajes más del Antiguo Testamento, tal pareciera que Dios suele engañar a la gente. También hay un versículo en el Nuevo Testamento que parece indicar lo mismo. Hoy vamos a estudiar estos pasajes, a ver si Dios de verdad engañó a la gente o qué fue lo que en realidad hizo. ¿Dios miente? La Biblia nos dice que Dios no es mentiroso; vamos a ver algunos versículos: Números 23:19 Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepi

¿Vale la pena confiar en Dios?

Filipenses 1:10 “Para que aprobéis lo mejor a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo.” El verbo aprobar significa tomar una decisión, darle el visto bueno a algo. Y como sabemos hay decisiones grandes, decisiones para toda la vida, y tienes que saber tomar decisiones correctas como cristiano. Y la decisión más importante que puedes tomar, es confiar en Dios. Daniel, decidió confiar en Dios y ponerlo en el primer lugar de su vida, y salió muy bendecido en ese ambiente adverso en el que se encontraba. Leamos lo que dice Daniel 1. Como vemos, Daniel estaba secuestrado ahí en Babilonia, ya que Nabucodonosor había invadido Jerusalén. Y pues bueno, tenemos a Daniel y sus amigos en medio de un grupo de jóvenes, que iba a ser sometido a un proceso de lavado cerebral, una nueva educación por así decirlo, una capacitación para que lleguen a ser como los caldeos y también iban a ser capacitados para ocupar lugares de gobierno y administración. Y empezamos

¿Puede un cristiano ir a la guerra o prestar servicio militar? ¿qué dice la Biblia?

Actualizado: 30/10/2020 Supongamos que se origina una guerra y un militar, creyente, al ser parte del ejército tiene que ir a la guerra ¿Qué ocurre en la guerra? pues que durante las batallas tendrá que matar gente, soldados enemigos, incluso gente inocente. Y resulta que uno de los diez mandamientos es: no matarás, así que ¿puede un cristiano ir a una guerra? Este asunto ha causado bastante división en la iglesia, debido a que hay varias posturas. La Biblia da mandamientos acerca de no matar, pero también Jehová le ordena a Israel que conquiste Canaán y derrote a varios pueblos, exterminándolos prácticamente. También da mandamientos acerca de obedecer a las autoridades superiores, que en este caso serían los generales, mayores del ejército y la propia presidencia. Bueno, primero ¿Qué es una guerra? Una guerra es un conflicto armado entre naciones o países, a veces por razones justificadas, como la defensa, y otras veces por razones injustificadas, como la conquista ilegítima

Jesús vs. Santa Claus

Actualizado: 27/12/2019 ¿Santa Claus es real? No. ¿Jesús es real? Sí, pero ¿hay pruebas? Hoy vamos a analizar sobre la existencia de ambos, las pruebas y datos que existen acerca de estos dos personajes. Hay más pruebas de la existencia de Cristo que la de Santa Claus. Pues, varios historiadores como Flavio Josefo, Agapio, Tácito, entre otros, mencionan a Cristo en sus escritos y ha sido presentado como un personaje histórico y de fuentes en su mayoría auténticas. Los evangelios fueron escritos por los discípulos de Cristo, gente cercana a Él, es muy seguro que fue y es alguien real, así que quiero invitarte a que lo aceptes como tu Salvador y Señor, solo tienes que arrepentirte de tus pecados y tener fe en Él y su obra en la cruz por tí. Lee Apocalipsis 21:6. En cuanto a Santa Claus, es un tipo obeso que vive en el polo norte, y cada navidad viaja por el mundo en un trineo impulsado por renos voladores y reparte regalos. Bueno, no hay evidencias de que Santa Claus exista, sino